La pérdida...

Pequeño relato que escribí hace mas de un año... en esas tardes en que ni siquiera te apetece el no hacer nada... “Rozo con mi mano su piel, no emite calor, ya es tarde. Se me empañan los ojos, es como si ya viera un fantasma, como si mis pesadillas fueran tan reales como lo era su sonrisa. En la habitación hay algo, una suave melodía que acompaña este sueño. Me acerco tambaleando hacia la mesa, su mesa. Y apago el aparato, me giro, la veo, su rostro pálido. Todavía escucho su voz en mi cabeza, sus palabras como notas frágiles en el aire. Intento aclarar todo, no puedo, sino sufrir más observando su inexistente expresión. Palabras rotas, melodía muerta, todo es gris y amargo. Caigo de rodillas rendido al más cruel dolor que sufre mi alma, cada instante, cada segundo. Consigo arrastrarme hasta ella. Toco su pelo, los rayos del sol que se filtran por al ventana impactan en su melena y reflejan su luz como el lucero del alba. “Todo, es lo único que podemos perder” Pero yo no e muerto, mas un trozo de mi, se ha ido con ella, a donde quiera que haya ido, a una eterna oscuridad, a un vacío inexistente, a un infinito de soledad sin sueños donde reposar el alma... Y yo ahora no se donde acabar, en que lugar viviré mí existencia, donde lamentaré mi desgracia. Cuando todo sea negro. Cuando acabe de sufrir el vació de su ausencia. Y cuando consiga levantar la mirada, podré ver que no hay remedio, que no se han detenido los amaneceres y creo que por ahora es lo único que deseo. Salgo de la habitación y contemplo el pasado que se a desvanecido, no puedo pensar en el futuro, pues como una fuerte corriente, el presente inunda mi ser y aclama a gritos al aire que vuelva, que regrese su perfume y el reflejo de su pelo, que se apaga cada minuto.”